La homeopatía trata a cada persona como un individuo único con el objetivo de estimular su propia capacidad curativa natural. Un homeópata selecciona el medicamento más apropiado en función de los síntomas específicos del individuo y del nivel personal de salud.
Complementaria, no alternativa
La homeopatía es un sistema terapéutico. Sus principios difieren de los de la medicina convencional, al igual que su enfoque al paciente y al concepto de mala salud. Sin embargo, no puede reemplazar a todas las otras formas de atención médica. Puede utilizarse como tratamiento de primera elección en una amplia gama de condiciones y puede ser una adición útil, o «complemento» en otras situaciones, por ejemplo, para soportar una buena recuperación después de las operaciones.
Los conceptos de enfermedad y curación que se describen en los libros homeopáticos son bastante similares a los conceptos científicos modernos. La homeopatía hace hincapié en la importancia de tratar a los individuos como individuos y de comprender a la persona en su totalidad, en contraposición a una sola «parte enferma».
El cuerpo tiene muchos mecanismos de defensa complejos para el mantenimiento de la salud. El sistema inmunológico es una parte esencial de esto, pero otros factores también tienen un papel que desempeñar. Si estos mecanismos fracasan, entonces sufrimos daños o heridas que luego hay que reparar. La homeopatía actúa estimulando tanto los mecanismos de mantenimiento de la salud como los mecanismos de reparación.
Los médicos homeopáticos modernos trabajan de la misma manera que sus colegas convencionales. La toma de la historia, el examen y la investigación son importantes para establecer el diagnóstico – para entender lo que está mal. Sin embargo, los médicos homeopáticos consideran una gama más amplia de aspectos de la condición del paciente – rasgos de personalidad, características físicas, los efectos de una variedad de influencias ambientales, los patrones de enfermedad dentro de las familias y las relaciones familiares y sociales.
La medicina homeopática fue descrita por primera vez por el Dr. Samuel Hahnemann (1755-1843), un médico alemán que estaba insatisfecho con las terapias médicas y las teorías de su época. Mientras traducía un libro del escocés Cullen sobre medicinas y sus usos, Hahnemann desafió las ideas sobre cómo podrían funcionar tales medicamentos. Esto le llevó a tomar la materia por sí mismo para poder experimentar y describir sus efectos sobre un ser humano sano. Repitiendo este tipo de experimentos con otros voluntarios sanos (estos experimentos fueron llamados «pruebas») lo llegó a observar y describir los principios básicos de la medicina homeopática.
Me gusta curar
La primera observación fue que los síntomas de una enfermedad eran idénticos a los síntomas experimentados por un individuo sano a quien se había dado una droga que podría tratar esa enfermedad.
Aunque esto es todo lo contrario de la forma en que los médicos convencionales usan drogas, hay algunas drogas modernas que trabajan exactamente en este principio. La digoxina, por ejemplo, puede causar y curar las irregularidades del corazón.
La dosis mínima efectiva
Su segunda observación surgió de su deseo de minimizar los efectos nocivos de las drogas que los médicos estaban usando. Hizo esto diluyendo y sucusando repetidamente (agitando) cada medicamento para reducir su potencial de envenenar y causar daño.
Lo que le sorprendió en su uso de estos preparativos fue que cuanto más etapas de dilución y sucusión había pasado la droga, mayor era su potencial para curar rápida e inofensivamente.
Esta última observación sigue siendo la más controvertida. ¿Cómo puede un medicamento ser más eficaz en una mayor dilución? De hecho, muchas preparaciones homeopáticas han sido sometidas a tantas etapas de este proceso que es altamente improbable que queden moléculas individuales de la sustancia original.
La investigación actual se centra en la capacidad del agua para retener una huella de las sustancias que se han disuelto en ella. Cualquiera que sea el mecanismo, existe un cuerpo cada vez mayor de pruebas de que la homeopatía funciona, es seguro, eficaz y rentable.
El lugar de la homeopatía en la atención clínica
La homeopatía se puede utilizar para una amplia gama de condiciones. Puede ayudar a curar cualquier daño que el cuerpo tiene el potencial para reparar, y ayudar a restablecer los equilibrios y mecanismos involucrados en la recuperación y la salud. Es ampliamente utilizado, por ejemplo, en condiciones tales como asma, eczema y síndrome premenstrual.
A pesar de las diferencias en el enfoque, los tratamientos homeopáticos y convencionales pueden funcionar muy bien uno junto al otro. Consultar a un médico convencional con entrenamiento homeopático le permite al paciente recibir lo mejor de ambos mundos, con los tratamientos más efectivos adaptados sólo para ellos.